En una cultura laboral que
glorifica la hiperconectividad, el aburrimiento ha sido injustamente marginado.
Sin embargo, lejos de ser un obstáculo, es una herramienta poderosa para la
productividad consciente y el bienestar personal. El profesor de Harvard Arthur
Brooks lo plantea con claridad: “el aburrimiento es el terreno fértil donde
germinan las grandes ideas y los momentos de introspección profunda”.
Uno de los enemigos más silenciosos de este proceso es el
teléfono móvil. Brooks advierte que “si cada vez que te aburres tomas el
teléfono, se vuelve más difícil encontrarle sentido a la vida”. ¿Por qué?
Porque el acto de revisar el teléfono ante el más mínimo indicio de incomodidad
mental, interrumpe el ciclo natural de la mente: “ese momento en que el
cerebro, sin estímulos externos, comienza a conectar ideas, revisar emociones y
plantearse preguntas esenciales”.
El aburrimiento activa la red neuronal por defecto, una
función cerebral que se enciende cuando no estamos enfocados en tareas
específicas. Es ahí donde surgen la creatividad, la planificación a largo plazo
y la reflexión personal. Pero si cada instante de vacío es llenado con
notificaciones, redes sociales o correos, esa red nunca se activa. El
resultado: una productividad superficial y una desconexión progresiva del
propósito.
Dos formas de aburrirse sin exagerar:
- 🕒
Micro pausas sin pantalla: Reserva 5 minutos entre reuniones o
tareas para sólo mirar por la ventana, caminar sin rumbo o tomar un café
sin revisar el teléfono. No necesitas una hora de meditación, solo un
respiro sin estímulos.
- 📓
Agenda de desconexión breve: Una vez al día, bloquea 10–15 minutos
en tu calendario como “tiempo muerto”. No se trata de hacer nada en
particular, sino de permitir que tu mente divague. Si te sientes incómodo,
es señal de que estás en el camino correcto.
El aburrimiento es esencial porque nos obliga a detenernos,
a mirar hacia adentro y a reconectar con lo que realmente importa. En un mundo
que nos exige estar siempre “haciendo”, aprender a simplemente “ser” puede ser
el acto más productivo de todos.
Comparto la liga al video del profesor Brooks, vale la pena
aburrirse 15 minutos viéndolo:
https://youtu.be/orQKfIXMiA8?si=7Yt53n5SmMvOYYX3