¿Cuántos de nosotros no participamos en juntas que de inicio podrían parecer bien planeadas? Si había una agenda y si se hizo el trabajo previo, y sin embargo, se alargó y tomó más tiempo del planeado. En una entrega anterior sugerí que es más conveniente llamarlas "sesiones de trabajo" en lugar de "juntas" y describí algunas características deseables de las mismas. Ahora me gustaría abordar un tema recurrente que sucede en las sesiones de trabajo, ya sea que se trate de formato presencial o virtual: el no poder concluirlas a tiempo. La recomendación es que siendo conscientes de que ya se tomó más minutos de lo programado, se asigne un equipo de responsables que analicen las razones por las cuales esto sucedió, en otras palabras, hagan la “autopsia” y lleguen a conclusiones en términos de causas raíz, preguntándose más "¿por qué?'" que "¿quién?", esto con el objetivo de que no suceda nuevamente. Para ello este equipo “forense” deberá llegar a conclusiones y recomendaciones específicas que deberá a su vez compartir con los participantes y de esa forma evitar que se repita la situación que llevo a la tardanza en la conclusión de la sesión.